El alumbrado público es un componente esencial de la infraestructura urbana que garantiza la seguridad y la visibilidad en las vías y espacios públicos durante la noche. En el contexto de la electricidad, el mantenimiento del alumbrado público es fundamental para asegurar su correcto funcionamiento y eficiencia energética. Esto incluye la revisión periódica de las luminarias, la sustitución de bombillas fundidas, la limpieza de las lámparas y la verificación de los sistemas eléctricos que alimentan el alumbrado. Un adecuado mantenimiento no solo prolonga la vida útil de los equipos, sino que también contribuye a la reducción del consumo energético y mejora la calidad de vida de los ciudadanos al proporcionar un entorno más seguro y acogedor.